Durante reunión de la administración con organizaciones defensoras de los cerros orientales y ciudadanía en general, voceros de la comunidad expresaron su expectativa por el tope en la altura de las construcciones cercanas a los cerros porque en su opinión, estas generan procesos de gentrificación de las comunidades y además afectan el derecho que tienen los habitantes de la ciudad a disfrutar el  paisaje.

La comunidad mostró su interés por conocer, con base en el fallo del Consejo de Estado sobre cerros, qué pasará con el Plan de Riesgo para las comunidades en barrios con vulnerabilidad.

También, qué ha ocurrido con el diálogo entre Bogotá y los más de 20 municipios que ofrecen una serie de Bienes y Servicios Ecosistémicos (BSE) a la ciudad, y sobre la disposición de  aguas residuales de Bogotá y otros municipios.

Los líderes comunales comentaron que la reserva de los cerros orientales tiene 14 mil hectáreas: 4 mil hectáreas sobre Bogotá y 10 mil hectáreas sobre el río Teusacá donde viven 500 familias campesinas, por lo que en el POT debe quedar claro que es muy diferente la situación del área que da sobre Bogotá y la que se encuentra con el río Teusacá.

Pidieron que el páramo de Cruz Verde no se siga ignorando porque ahí nacen, entre otros, el  río Fucha y el Teusacá. Manifestaron que  hace falta generar la relación entre los cerros y las  cuencas de los ríos de Bogotá.

Habitantes del barrio San Isidro solicitaron que Acualcos (asociación de servicios de acueducto comunitario) entregue información real sobre la calidad del agua que distribuye y la regularidad con que presta el servicio, con el fin de  facilitar la legalización de los barrios que cubre y que aún no han podido entrar a la formalidad.

Por su parte Acualcos aseguró que ha enviado a las instituciones competentes la información que han requerido para avanzar en los proceso de legalización de los barrios.

Los voceros comunales transmitieron su inquietud frente al cumplimiento del plan de manejo del borde urbano, y cómo estarán relacionados y armonizados en el POT la reserva forestal, la zona rural, el suelo urbano y la Estructura Ecológica Principal.

Plantearon que en la cartografía de los cerros, que van desde Torca hasta los límites con Huila, se debe incluir la red de caminos rurales, locales, regionales y hasta nacionales, la red destacada de quebradas y cuerpos de agua, al igual que los lugares de alto valor arqueológico, paisajístico y natural.

Recomendaron que se defina en el POT el tema del  turismo en los cerros para que se pueda controlar y no se afecte el ecosistema. Además, que no se deje en el olvido al parque Entrenubes.

También pidieron que quede contemplada la fauna de cerros, su protección y preservación. Además, la recuperación de flora nativa, empezando por reemplazar los eucaliptos tan erosivos y consumidores de agua, por especies nativas y altamente medicinales como el aliso y la bardana.

Solicitaron crear estrategias para rescatar las zonas verdes en Buenavista, que son los caminos para llegar a las reservas. Según comentaron, actualmente  se están deteriorando por la construcción de parqueaderos.

Los Cerros Orientales de Bogotá forman parte de la cordillera oriental de nuestro país. Se extienden de sur a norte de la ciudad y están incluidos en el suelo rural de las localidades de Usme, San Cristóbal, Santa Fe, Chapinero y Usaquén. Hacen parte del corredor de conservación Chingaza, Sumapaz y páramo de Guerrero.